Durante el S. I a.C., los romanos que poblaron el espacio que hoy ocupa Girona, edificaron esta poderosas fortaleza defensiva con grandes sillares, muchos de los cuales aún hoy perduran.
Su perímetro original comprende unos 800 metros y representa el recinto original de la Girona fundacional; se puede reseguir una parte de su trazado paseando por el Paseo Arquelógico.